Operacionalización De Variables
Enfoque Metodológico
Los enfoques metodológicos determinan el
diseño del trabajo de una Tesis y, además, representan el posicionamiento del
investigador frente a la realidad a investigar
Claves para abordar el diseño metodológico
Los
enfoques metodológicos determinan el diseño del trabajo de una Tesis y, además,
representan el posicionamiento del investigador frente a la realidad a
investigar. Aquí una introducción sobre las maneras del abordaje cualitativo y
cuantitativo y su buen aprovechamiento en la elaboración de la tesis.
El
diseño metodológico que el investigador o el equipo construye depende de una
serie de factores; algunos asociados al referente empírico que se pretende
problematizar, y otros a las conceptualizaciones implicadas en las preguntas de
investigación. En el primer caso, es necesario recordar qué queremos analizar
para ponerlo en relación con la porción de realidad a observar y su naturaleza.
Metodología y contexto social de la investigación
Como
todo proceso de producción de conocimiento es social y colectivo, también las
investigaciones científicas, toda construcción de sentido parte de los
cimientos dados en las condiciones sociales de producción en las que se
desarrolla cualquier investigación. Estas condiciones son determinantes de, y
determinados por, la producción social de sentido. Por eso, también debemos
preguntarnos por el contexto social de una investigación. Para qué y para
quiénes estoy investigando, son preguntas de peso para definir cómo hacerlo. Se
vuelve pertinente reforzar el proceso de reconocimiento del carácter
estratégico-político de la investigación, y de los investigadores respecto de
la sociedad en la que viven. Es decir, un proceso que habilite el
desplazamiento hacia el sentido político cultural de la investigación en
ciencias sociales. Un proceso que, necesariamente, debe registrar la
subjetividad y alcanzar el auto - reconocimiento por parte de los
investigadores en su carácter de protagonistas tanto de la crisis como de la
transformación, y no de simples observadores o interpretadores que refuercen el
divorcio entre investigación y sociedad. Y en este sentido el diseño
metodológico es parte indisociable del posicionamiento frente a la realidad que
se trabaja, para lograr un equilibrio entre la “naturaleza” del objeto y las
intenciones del investigador respecto al escenario.
Los
procesos de comunicación son complejos, existen diversos factores que actúan en
ellos y, en el momento del diseño metodológico, es cuando el investigador debe
reflexionar sobre esa multiplicidad. No es un tiempo de simplificaciones, sino
de problematización y de puesta en crisis. Por ejemplo, si se quiere
establecer, en la empresa x, la percepción que los empleados tienen de las
relaciones de comunicación con sus jefes, no resulta conveniente realizar
entrevistas con nombre y apellido o realizarlas dentro de la oficina de
personal; ya que seguramente limitaremos las respuestas de los informantes, por
temor a perder su trabajo o tener problemas en él. En este caso, sería más
adecuado pensar en diseñar entrevistas anónimas semiestructuradas para
minimizar la posibilidad de autocensura. Ante aquellas situaciones para las
cuales los métodos no presentan soluciones predefinidas –por razones obvias,
pues no es posible anticipar todas las circunstancias de cualquier hecho
social— la intuición o creatividad de los investigadores para resolverlas se
constituye en una de las posibilidades metodológicas que debe contemplarse como
elemento subyacente a cualquier diseño.
Líneas epistemológicas, teoría y diseños metodológicos
Cuando
decimos que en el campo de la comunicación no se identifican métodos y técnicas
que sean tradicionalmente propios, a excepción de algunas metodologías
asociadas al análisis de los discursos de los medios masivos, o a sus rutinas
productivas, como el establecimiento de la agenda setting. Así, dentro de las
ciencias sociales, y de la comunicación social en particular, existen diversas
líneas epistemológicas para abordar un objeto de estudio, éstas suponen modos
particulares de construir las nociones tanto teóricas como operacionales,
dentro de una investigación científica.
Enfoques
metodológicos de investigación
Los
enfoques metodológicos determinan una primera aproximación general al diseño
metodológico, representando el posicionamiento del investigador frente a la
realidad a investigar. Usualmente se trabajan tres enfoques: el cualitativo, el
cuantitativo y la triangulación. La discusión frecuente en el campo de las
ciencias sociales se da en relación a los enfoques cualitativo y cuantitativo.
La diferencia fundamental entre ambos es que el cuantitativo estudia la
asociación o relación entre variables cuantificadas y la cualitativa lo hace en
contextos estructurales y situacionales. La investigación cualitativa trata de
identificar la naturaleza profunda de las realidades, su sistema de relaciones,
su estructura dinámica, produciendo datos que comúnmente se los caracteriza
como más “ricos y profundos”, no generalizables en tanto están relación con
cada sujeto, grupo y contexto, con una búsqueda orientada al proceso. Aunque no
es una discusión cerrada, para muchos se inicia como un proceso investigativo a
finales del siglo XIX y sobre todo en el comienzo del siglo XX. El
constructivismo es tal vez su máximo representante, postulando que la realidad
es edificada socialmente por las múltiples construcciones mentales de los
sujetos sobre las cosas y las acciones. Desde este lugar no existiría una
verdad única y demostrable, sino que los significados de lo real varían según
los quien los construya.
En
cambio, la investigación cuantitativa trata de determinar la fuerza de
asociación o correlación entre variables, la generalización y objetivación de
los resultados a través de una muestra que produce datos adjetivados como
“sólidos y repetibles”. Los primeros antecedentes debemos rastrearlos en los
inicios del desarrollo del paradigma positivista, con la publicación en 1849
del Discurso sobre el espíritu positivo, de Augusto Comte. En aquella época, se
proclamaba la existencia de una única verdad sobre el mundo, que debía ser
develada por la acción de un método que “encuentre” datos reales. El mundo
social podía así explicarse de la misma forma que el mundo natural. Si bien no
con este ímpetu de objetivizar los procesos sociales, el enfoque cuantitativo
se utiliza para abordar escenarios donde lo que importa es hallar tendencias y
continuidades respecto a determinado tema.
De
esta forma dentro del enfoque cualitativo pueden ubicarse métodos como la
entrevista en profundidad, el trabajo de campo etnográfico o al análisis del
discurso, y dentro del enfoque cuantitativo la encuesta o los sondeos de
opinión. La elección respecto del enfoque no tiene que ver únicamente con un
posicionamiento ideológico sobre nuestro objeto, sino con lo que llamaremos la
naturaleza inherente a cada objeto en su vinculación con los intereses y
objetivos del investigador. De este modo, si precisamos conocer las
representaciones de todas las maestras de quinto grado de la provincia de
Buenos Aires en torno a la programación educativa de determinada señal,
nuestros deseos de realizar una investigación de corte cualitativo deberán ser
abandonados en pos de un reconocimiento de las dimensiones propias de ese
objeto de estudio. Pero estas dos opciones no son excluyentes a la hora de
encarar el diseño metodológico. Así, la triangulación de enfoques se presenta
como camino alternativo a esta polarización entre cuali y cuanti, de manera tal
que el investigador pueda recoger y analizar datos con herramientas de ambos
enfoques.
Es
preciso hacer una aclaración respecto a la triangulación. Se asume
convencionalmente que la triangulación es el uso de múltiples métodos en el
estudio de un mismo objeto. Esta es la definición genérica, pero es solamente
una forma de la estrategia, pues la triangulación puede concebirse envolviendo
variedades de datos, tipos de análisis, investigadores y teorías, así como
metodologías. Nos detendremos brevemente en la triangulación de enfoques
metodológicos, cuestión que nos ocupa aquí.
Originariamente
la triangulación es un término usado en navegación: tomar múltiples puntos de
referencia para localizar una posición desconocida. La triangulación de
enfoques tiene como primera característica la complementariedad, donde los
enfoques cualitativo y cuantitativo se enriquecen uno al otro para producir un
conocimiento que los dos no pueden dar en forma separada. Son las
circunstancias las que determinan el grado en que se utilizan las
aproximaciones cuali y cuanti. Complementar no significa construir un objeto de
estudio desde dos enfoques diferentes, para llegar a dos tipos de conclusiones
diferenciadas; no se trata de mezclar métodos, técnicas y fuentes para sumar
complejidad y confusión, sino de combinarlos de forma tal que cada instancia
sea pertinente para la concreción de diferentes propósitos, en el camino hacia
conclusiones comunes. La triangulación permite ordenar el objeto de modo que
pueda ser arribado desde diversos ángulos, para lograr una articulación
metodológica y así converger a un tipo único de conclusiones. Por ejemplo, si
el investigador se propone analizar los alcances que tienen diferentes aspectos
ligados a la inseguridad para cierto grupo de personas, tales como el trabajo,
la calle o la educación, por ejemplo, se puede adoptar una estrategia
cualitativa basada en entrevistas en profundidad que, por un lado, profundice
sobre las características subjetivas de los actores (representaciones,
actitudes, opiniones, etc.), pero que pueda tomar ciertos datos duros o
estructurales de la realidad socioeconómica para ponerlos en relación a las
percepciones individuales de los actores.
Sujeto investigador/a, realidad y sentido común
Entonces
¿cuáles son los elementos centrales que debemos tener en cuenta para encarar la
reflexión crítica previa a la construcción del diseño metodológico? Es
necesario partir de la comprensión de que ni métodos ni técnicas son
herramientas neutrales, pues son conceptualizaciones: vienen impregnadas de
supuestos que no provienen del acercamiento del investigador a su objeto de
estudio, sino que subyacen a cualquier acción del investigador en tanto sujeto
social. En cualquier marco metodológico, el sentido común cumple un rol
fundamental en tanto coopera en la resolución de inconvenientes y cuestiones
imprevistas, que no están contemplados por los manuales. En el artículo
“Proximidades y distancias, el investigador en el borde peligroso de las
cosas” la politóloga Daniela Soldano da cuenta de cómo, muchas veces, las
prenociones con las que el investigador diseña el trabajo se chocan con la
realidad (el aspecto empírico del objeto de estudio). Soldano analiza una
experiencia en la que fue invitada a trabajar en una investigación cuyo
objetivo era reconstruir el circuito de reciclaje de la basura en el Área
metropolitana de Buenos Aires, para colaborar con la confección de un
diagnóstico sobre la vulnerabilidad de los actores involucrados en ese proceso
(principalmente cartoneros).
La
autora cuenta que al realizar las entrevistas, tratando de obtener información
sobre riesgo sanitario y prácticas peligrosas, categorías de análisis
establecidas por los investigadores para establecer la vulnerabilidad de los
actores, observó que “El problema no radica, como pensábamos nosotros, en la
convivencia con la basura sino en no poder acceder a ella, en tanto es la
fuente principal de recursos para la reproducción de la vida. El peligro no
acecha en la manipulación de ‘objetos peligrosos’ sino en la ordenanza
municipal que impide la recolección…”. Así, Soldano explica que, a partir de la
experiencia en el trabajo de campo, los investigadores debieron revisar las
nociones de “riesgo” y de “peligro”, que manejaban hasta el momento como
categorías de análisis e interpretación del fenómeno estudiado, para redefinir
el modo de trabajar las herramientas metodológicas en relación al acercamiento
al campo; por ejemplo, para reformular las preguntas de los cuestionarios.
Es decir, las prenociones no devienen únicamente del sentido común popular y de la formación académica del investigador, sino también las construcciones teóricas y metodológicas que se formulan antes de encarar el trabajo de campo o el corpus de análisis. Así, ante la evidencia de la realidad, cuando se transforma nuestro referente empírico es honesto que el/la investigador/a transforme sus construcciones teóricas y metodológicas de acuerdo a la naturaleza del objeto de estudio. Este proceso constante durante la investigación, en el que se ponen a prueba las nociones teóricas y metodológicas en relación a la realidad empírica es análogo al desarrollado por Pierre Bourdieu en el concepto de “vigilancia epistemológica” y descripto por Rosana Guber a partir del concepto de “reflexividad".
Técnicas
Y Herramientas De Recolección, Análisis E Interpretación De
Datos
Las técnicas no son simples herramientas para extraer material, ni tampoco apéndices de teorías preconcebidas. Los escenarios de intervención o corpus de análisis no están dados, sino que son construidos por el investigador; por una decisión del investigador, en definitiva, de mirar una cosa y no otra. De allí se obtiene la información que el investigador transforma en dato; pero el dato no es algo preexistente a la mirada del investigador, no es algo en estado puro. Es recordar durante todo el proceso de investigación que somos nosotros (el/la/los investigador/a/es) quienes, desde la mirada comunicacional, construimos un objeto de estudio particular y lo abordamos con un enfoque específico para extraer datos que nos permitan abordar a conclusiones, en relación con nuestra pregunta de investigación.
A
este respecto, es importante que el diseño metodológico prevea tanto técnicas
de recolección de datos como técnicas y herramientas de análisis e
interpretación, que permitan articular la información obtenida con la teoría
–convertirla en datos— y abordar así a conclusiones. En muchas ocasiones, los
tesistas diseñan un marco metodológico adecuado para obtener los datos
necesarios e, incluso, para dar respuesta a los objetivos específicos del
trabajo; pero olvidan que la instancia del análisis y la interpretación de los
datos es central y debe ser incorporada al diseño metodológico. Sólo a través
de la etapa de interpretación pueden identificarse categorías, variables e
indicadores que nos permitan cumplir el objetivo general de la tesis: responder
la pregunta germinal que motivó la investigación.
La
Importancia Del Diseño Epistemológico Y Su Explicitación
La formulación del interrogante (lo que anteriormente hemos llamado problema de investigación) nace con alguna orientación hacia la respuesta, que tiene origen en el sentido común del investigador. Este sentido común debe ser interpelado no sólo por la teoría sino también por la práctica. En este sentido se denota la importancia de la definición y aplicación de una metodología, que será la herramienta que permitirá establecer un control sobre las propias prenociones. Por lo tanto, la construcción del marco metodológico de la investigación sirve para explicitar y sistematizar los supuestos teóricos, y también para dar cuenta de los supuestos del sentido común. Esto es lo que distingue la construcción de conocimiento científico de otras formas de conocer: que aunque inevitablemente el objeto de estudio se mira a través de las nociones teóricas y del sentido común, éstas se sistematizan, se desechan las que no tienen que ver con el objeto de estudio ni con los objetivos de investigación, se ponen a prueba las técnicas y se rediseñan a partir de la experiencia en proceso y, por último, se da cuenta de cuál fue el camino recorrido para arribar a ese conocimiento.
Bibliografía.-
Guber, Rosana, El salvaje metropolitano.
Reconstrucción del conocimiento social en el trabajo de campo, Paidós, Buenos
Aires, 2004, pág. 12.
Es el caso de la etnografía para la
antropología, o el método biográfico interpretativo para la sociología. Lo
mismo ocurre con numerosas técnicas, como el análisis documental para los
historiadores y el reportaje para los periodistas.
Wainermann, C. y otros, La trastienda de
la investigación, Buenos Aires, Lumiere, 2001.
Decimos que no podemos basar en éstas
técnicas nuestro marco metodológico, pero esto no implica que ciertas técnicas
puedan ser complementarias en el diseño metodológico. Esto dependerá de cada
pregunta de investigación, cada objeto de estudio y, por supuesto, del enfoque
epistemológico del trabajo de tesis.
En este ejemplo pensamos el concepto desde
la definición que plantea Gustave Le Bon en Psicología De Las Masas (1895).
Soldano, Daniela, “Proximidades y
distancias, el investigador en el borde peligroso de las cosas” en Revista
Apuntes de Investigación, N° 5.
Bourdieu, P., Chamboredon, J. C., y
Passeron, J. C., El oficio del sociólogo, Siglo XXI Editores, México, 1990.
Guber, Rosana, La etnografía: método,
campo y reflexividad, Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 2001.
No hay comentarios:
Publicar un comentario